En 1870, la iglesia se dedicó a Nuestra Señora del Carmen y a San Antonio. Como resultado de las obras de restauración llevadas a cabo tras el terremoto de 1984, se encontraron dos frescos: el primero, pintado después de 1654, representa la aparición de la Virgen a San Simón Stock y a otros tres santos carmelitas; el segundo representa un milagro de San Antonio y fue pintado por un artista anónimo en el siglo XVIII. Las citas eruditas, la perspectiva y los estudios anatómicos, tanto del cadáver como del artesano del reverso, remiten a modelos de finales del siglo XVI de la escuela de Miguel Ángel.
En el interior, la iglesia tiene un claustro con bóveda de crucería y arcadas parcialmente cerradas.
Del mismo siglo es el óvalo dedicado a la Inmaculada Concepción. La obra es el resultado del arreglo del ábside en el siglo XVIII.