La Rectoría, situada junto a la iglesia de Santa María y San Marcelo (Duomo), fue durante siglos la residencia del párroco y el lugar donde se tomaban las decisiones más importantes para la comunidad religiosa de Sandonatis. Albergaba varias salas para celebrar reuniones, acoger organizaciones católicas, impartir catequesis y archivar documentos antiguos.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el párroco Don Donato Di Bona y Elvira Cellucci, responsable de la Acción Católica local, planearon ayudar a los antiguos prisioneros aliados y a los internos judíos escondidos en las montañas. Por todos ellos pagó Vincenzo Piselli, uno de los más estrechos colaboradores del párroco, que murió en el campo de exterminio de Dachau el 7 de marzo de 1945, a consecuencia de las penurias y torturas sufridas.
La acción solidaria de la parroquia
La Parroquia contribuyó de forma importante a ayudar a los antiguos prisioneros aliados y a los judíos extranjeros escondidos en las montañas, proporcionando la Cocina de los Pobres para preparar comidas y voluntarios para llevar alimentos a las montañas, como las jóvenes de Acción Católica.
La ayuda a los refugiados fue recordada por Gertrude Adler, una de las internadas judías: "Nos refugiamos en las montañas, en dos cabañas. Detrás de las cabañas había una cueva, donde podíamos refugiarnos en caso de bombardeo. Nuestras preocupaciones diarias eran no ser descubiertos y conseguir comida.
También recibimos comida y ayuda del párroco. Comenzó el invierno y un espeso manto de nieve lo cubrió todo: bajar y subir a la montaña se hizo incómodo.
La organización de la ayuda
La ayuda a los refugiados se convirtió en un fenómeno espontáneo y generalizado en el que participaron más de cien sandonatesi. La Acción Católica y la Parroquia estaban en primera línea, coordinadas por Don Donato Di Bona. Junto a él había una serie de colaboradores de talento: Elvira Cellucci, responsable de la Acción Católica y de la Cocina de los Pobres, organizó el suministro de alimentos a los ex presos e internados; Rosaria Cardarelli, propietaria de una trattoria y cocinera de la Cocina de los Pobres, se ocupó de la preparación de las comidas junto con la joven Derna Salvucci; Vincenzo Piselli, herrero y colaborador de Don Donato para quien realizaba trabajos de mantenimiento en la Catedral, se ocupó de llevar alimentos a las montañas.
Acción Católica Juventud
Las chicas más jóvenes de Acción Católica se distinguieron por llevar comida a los refugiados: dirigiéndose oficialmente a Pietrafitta para lavar la ropa en las fuentes, cuando llegaban cerca de Vorga se detenían y dejaban las cestas con comida en los lugares donde los refugiados podían recuperarla.
Clelia Mazzola, una de las más estrechas colaboradoras del párroco, relataba las dificultades de aquellos días: "A la parroquia no llegaba ninguna ayuda. Don Donato, aunque tenía modales rudos, intervenía puntualmente, con la ayuda que podía, en cada situación de necesidad material, pero nunca quería presentarse en persona. Muchas familias ayudaron espontáneamente a los soldados escondidos. Había miseria para todos, pero lo poco que conseguíamos reunir, lo compartíamos con ellos.
Falsificación de documentos
En la oficina de registro del municipio de San Donato trabajaban cinco empleados: los administrativos Carmela Cardarelli y Donato Coletti; y las administrativas Rosaria De Rubeis, Maddalena Mazzola y Pasqualina Perrella. Carmela, Maddalena y Pasqualina eran miembros de Acción Católica.
En la oficina se falsificaron documentos para salvar a los judíos internados en San Donato. El 6 de abril de 1944, Carmela Cardarelli y Pasqualina Perrella fueron detenidas e interrogadas por los alemanes. Estas son las palabras de Pasqualina: "Recuerdo muy bien el gran número de documentos que falsificamos y todas éramos perfectamente conscientes del peligro que corríamos, aunque para nosotras hacerlo era completamente natural y sentíamos que era nuestro deber moral, ya que los judíos formaban parte de la sociedad de nuestro pueblo.
El ejemplo de Elvira Cellucci
Elvira nació en San Donato en 1895. Responsable de la Acción Católica y organizadora de las principales actividades de la parroquia, estuvo vinculada a Armida Barelli, al padre Agostino Gemelli y a diversas asociaciones vaticanas. Junto con el padre Donato Di Bona y el alcalde Guido Massa, creó en 1929 la Cocina de los Pobres.
La operación se describe en la resolución del alcalde de 26 de abril de 1933: "En este municipio se ha creado una cocina para pobres con el fin de proporcionar comidas diarias a los pobres, especialmente a los niños y a los ancianos. Esta institución ha administrado más de 35.000 comidas en sus cuatro años de existencia".
Elvira Cellucci murió en 1980. En su tumba tiene grabada su visión de la vida: "En la fe en Dios vivió su amor a la Iglesia, su compromiso con la Acción Católica, su servicio a la humanidad en la defensa de los ideales de justicia y libertad".
Solidaridad en favor de la polonia y las misiones
A principios de la década de 1980, Maddalena Mazzola, junto con su hermana Marietta, Donatina Pellegrini, Marcella Tata y otras mujeres de Acción Católica, apoyaron varias misiones en África y a la organización clandestina polaca Solidarność. La casa de las hermanas Mazzola, a medio camino de Corso Mazzini, se convirtió en un centro de preparación y clasificación de cajas que se enviaban a mujeres y niños de Polonia y África: los paquetes contenían ropa y artículos de primera necesidad.
Marcella Tata también envió paquetes a Polonia, ayudada por su hijo adolescente Giovanni Perrelli. Donatina Pellegrini recuerda: "Cada semana empaquetábamos, de media, entre cinco y diez paquetes. Sucedía que cuando nos quedábamos sin ropa, nos quedábamos unos días y luego reanudábamos. Cada año enviábamos más de doscientas cajas". En más de treinta años, se enviaron más de seis mil paquetes a África y Polonia".